Canarias tiene una cultura muy arraigada de pesca, desde el siglo XVI se tiene constancia de la actividad pesquera en la isla. A los pescadores de Santa Cruz se les conocía como chicharreros, debido a la especie que capturaban, este nombre ha trascendido atribuido a los habitantes de la capital isleña. El arraigo pesquero se ha distribuido por todas las áreas costeras de las islas donde hoy se sigue manteniendo una pesca principalmente artesanal con poca mecanización del sector y una gran cantidad de aficionados, tanto deportivos como recreativos, que disfrutan de esta modalidad de ocio de manera recurrente.

Las Islas Canarias son islas volcánicas sobre una plataforma oceánica, lo que les confiere grandes profundidades muy cerca de costa, esta peculiaridad genera mucha diversidad de especies marinas en poca distancia a tierra. Este rasgo característico es un punto fuerte para la pesca de mucha variedad de pescado.

Una práctica que llama la atención a los forasteros es la pesca del atún, en los meses de marzo a junio las grandes especies migratorias pasan por las aguas canarias y los barcos profesionales atuneros se ponen en marcha, se usa carnada viva y la pesca se hace con caña y anzuelos de gran calibre desde pequeñas embarcaciones.

La pesca recreativa también tiene una gran importancia en la isla, dado el gran número de aficionados a este deporte, hay un arraigo familiar y cultural muy grande principalmente en pueblos pesqueros que durante años han basado su actividad económica en la pesca y ha quedado esa actividad de entretenimiento heredada generación tras generación.

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